Principales jefes y oficiales zapatistas

Los zapatistas fueron la fracción partidaria e ideológica de la Revolución Mexicana que se identificó y lidereó por el General Emiliano Zapata y sus ideas agraristas. Exigían la revolución social, la devolución de tierras y propiedades usurpadas y la aplicación del Plan de Ayala. Controlaron Puebla, Morelos, Guerrero, Estado de México y el Sur del Distrito Federal. Este movimiento se identificaba mucho con el Villismo de Francisco Villa por lo que en la Convención de Aguascalientes al lográr mayoría, obtuvieron por un tiempo el control del país.



Benigno Abúndez


General Benigno Abúndez fue un Militar y PolíticoMexicano que participó en la Revolución mexicana.

Maderismo

Nació en Axochiapan, Morelos, el 13 de febrero de 1880. Al estallar la lucha contra Porfirio Díaz se unió a las filas maderistas, bajó las órdenes del General Lorenzo Vázquez Herrera, operando en su estado natal. Al romper Emiliano Zapata con Francisco I. Madero, a finales de agosto de 1911, Benigno Abúndez se adhirió al Zapatismo; al mando de su guerrilla combatió en el sur de Morelos, por el rumbo de Tilzaplota, los Homos y Nexpa, hasta 1914.

Zapatismo

De 1915 a 1920, al triunfo del Plan de Agua Prieta, ingresó al Ejército Nacional bajo las órdenes de Genovevo de la O, se le reconoció el grado de General de Brigada. En 1923Huamantla, Tlaxcala, con sus fuerzas, al ser nombrado Genovevo de la O, Jefe de Operaciones militares en ese Estado. En 1936, fue senador de la República por Morelos, al tiempo que era directivo de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos. Murió siendo Diputado de de la XLIII Legislatura Federal, el primero de marzo de 1958. tuvo el mando del 51 Batallón, y luego fue transladado a

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.


Amador Acevedo
General Amador Acevedo fue un militarmexicano que participó en la Revolución mexicana.

Inicios

Nació en el pueblo de Huachinantla, municipio de Jolalpan, en Puebla el 18 de abril de 1889. Fue hijo de Manuel Acevedo Bonfil y de María Marbán de Gaytán, ambos originarios de Guerrero, pero emigraron a Puebla para recibir los bienes de su abuelo. De origen ganadero, cursó la primaria; y se dedicó a la arriería y a los trabajos del campo desde su juventud. Se incorpora al movimiento de la Revolución en Huachinantla, Puebla, en el año de 1910 cuando escucha oír un discurso a Francisco I. Madero, y decide participar, primero repartiendo propaganda que les daba el General Jesús Morales “El Tuerto” por conducto de Aquiles Serdán. A la muerte de Aquiles Serdán es perseguido por tropas porfiristas en todo el estado de Morelos, huyendo a las montañas. Después de la Junta Revolucionaria de Texas se encuentra con Pablo Torres Burgos quién lo convence de unirse con su tropa en El Salitrillo donde se reúne con Emiliano Zapata y toman el pueblo de Huichinantla, que se convierte en la primera toma de la Revolución mexicana; en ese pueblo se escoge como Jefe en Morelos a Zapata.

Revolución

Salieron con ochocientos hombres rumbo a Jonacatepec, donde se enfermó Zapata de erisipela en una pierna. A pesar de ello amenazó Jonacatepec que tenía una guarnición de 300 rurales que pronto fueron reforzados por lo que decidieron hacer del frente retirada hacia Tepexco. Se separó de Emiliano Zapata debido a su enfermedad y junto con cuatrocientos hombres enfrentó a unos 250 Rurales bien armados en El Arenal, donde fue derrotado. Curada la enfermedad de Madero se les une Juan Andrew Almazán y derrotan al 5° Regimiento "De Oro" y atacar Chiautla, donde fusilaron al prefecto de la región. Después del triunfo revolucionario se licenció y se retiró a su pueblo natal, sin embargo, ante las diferencias entre Francisco I. Madero y Zapata decide unirse a este último afiliándose al Plan de Ayala. Acevedo se convirtió en unos de los principales jefes de Zapata en la Revolución Maderista, pues poco a poco fue perdiendo popularidad ante las acciones de otros grandes generales. Se unió a las Fuerzas de Ambrosio Figueroa Mata y después a las de Gertrudis Sánchez en Guerrero con quién luchó hasta la caída de Victoriano Huerta. Así fue el jefe del 66° Batallón del Ejército Libertador del Sur.

Descenlace

Al consumarse la Unificación Nacional Revolucionaria en 1920 y la firma de estos tratados, el General Amador Acebedo, al frente de las fuerzas que le quedaban, se reconcentró en la Ciudad de México con otros generales zapatistas, momento en que se le reconoció su grado militar después de nueve años de lucha en el sur. Adolfo de la Huerta le concede el rango de General y Álvaro Obregón lo ratifica. En 1923 se une a la Rebelión delahuertista a las órdenes de Rómulo Figueroa Mata en la que junto a Epifanio Rodríguez, Crisóforo Ocampo y Rómulo donde el General Roberto Cruz los indulta. Fue Presidente Municipal de Jojutla y de Tetecala.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.

Agustín Aguilar

General Agustín Aguilar fue un General de Brigada mexicano que participó en la Revolución mexicana militando fiel a Emiliano Zapata. Perteneció a las fuerzas zapatistas, en las que obtuvo el Grado de General de Brigada llegando a ser Jefe de Estado Mayor del General Francisco V. Pacheco. Murió fusilado por fuerzas obregoncistas en Yautepec, Morelos.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.

Rebocato Aguilar

General Rebocato Aguilar fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana como Zapatista. Nació en Huehuetlán el Chico, Puebla. En marzo de 1911 se incorporó a las fue

rzas maderistas comandadas por Emiliano Zapata, cuando éstas operáron por Puebla. Con el tiempo pasó a formar parte de la División de Oriente del Ejército Libertador del Sur, bajo el mando del General Francisco Mendoza Palma. Fiel defensor del Plan de Ayala, llegó a ascender a General del Ejército Libertador del Sur. Murió en combate al igual que su hermano Santiago Aguilar.


Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.



Santiago Aguilar (militar)

General Santiago Aguilar fue un militar mexicano que participó como Zapatista durante la Revolución mexicana. Nació en Huehuetlán El Chico, Puebla. Se incorporó a las fuerzas maderistas comandadas por Eufemio Zapata a finales de abril de 1911. Participó en el ataque o Batalla de Cuautla, el 20 de noviembre de 1911, obteniendo el grado de Coronel. Al romper Emiliano Zapata con el gobierno de Francisco I. Madero acompañó al Jefe suriano en sus luchas por el Estado de Puebla. Fue uno de los firmantes del Plan de Ayala, proclamado el 28 de noviembre de 1911. Durante la campaña contra Victoriano Huerta fue ascendido a General y enviado al Estado de Guerrero, donde participó en las tomas de Chilpancingo y de Chilapa en 1914. Finalmente murió al igual que su hermano Rebocato Aguilar en combate en el año de 1914.













Cliserio Alanís

General Brigadier Cliserio Alanís Tapia fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana. Nació en Jiutepec, Morelos, hijo de Ignacio Alanís y Vicenta Tapia. En 1911 se incorporó al movimiento maderista estatal, bajo las órdenes de Modesto Rangel. Alcanzó el grado de General Brigadier en el Ejército Libertador del Sur. Operó en su región y en terrenos de la hacineda de San Gaspar. Murió el 12 de marzo de 1918, cuando las fuerzas carrancistas le tendieron una emboscada entre los Tecorrales y el Puente de la Hacienda de Atlacomulco, en Morelos.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.




Francisco Alarcón Sánchez

General Francisco Alarcón Sánchez fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana.

Maderismo

Nació en Tlaquiltenango, Morelos, el 4 de octubre de 1871; fue hijo de Domingo Alarcón y de María Sánchez, ambos de origen campesino. Realizó sólo parte de los estudios primarios, teniéndolos que abandonar para trabajar en las cosechas de Caña y Arroz. En 1911 se incorporó a las fuerzas de Gabriel Tepepa y participó en las tomas de Tlaquiltenango y Jojutla, a finales de marzo de ese año. También concurrió al sitio de Cuautla, del 13 al 18 de mayo. Al ser fusilado Tepepa, el 25 de mayo, se incorporó a las fuerzas de Lorenzo Vázquez Herrera, con quién obtuvo el grado de Coronel de Caballería.

Zapatismo

Al romper Emiliano Zapata con el Gobierno de Francisco I. Madero, Alarcón siguió operando a las órdenes del General Vázquez en Tlaquiltenango, el Cerro del Venado, Nexpa, los Hornos, El Calabazar y Huixaxtla. Durante la lucha contra Victoriano Huerta fue ascendido a General Brigadier por Emiliano Zapata, y participó en el sitio y toma de Chilpancingo, y en las tomas de las Haciandas de Treinta y Zacatepec, contra las fuerzas del Coronel Federal Flavio Maldonado; también participó en le sitio y toma de Cuernavaca. Leal a los principios del Plan de Ayala, continuó la lucha contra el Carrancismo.

Ejército Nacional

Al triunfo del movimiento de Agua Prieta el General Francisco Alarcón quedó incorporado a las fuerzas del General Genovevo de la O, el cual fue designado Jefe de Operaciones Militares en Morelos. En 1924 solicitó su baja en el Ejército y se dedicó a cultivar la tierra, estableciéndose en Jojutla. Murió el 2 de marzo de 1951.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.



Jenaro Amezcua

General Jenaro Amezcua fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana.

Inicios

Nació en la Ciudad de México el 3 de abril de 1887, pero radicó en el estado de Veracruz. Realizó sus estudios en Huatusco, Orizaba y Jalapa; también recibió educación militar. Regresó a la Ciudad de México, donde se alió al Partido Liberal Mexicano; más tarde fue miembro del Partido Democrático, que apoyaba la candidatura de Bernardo Reyes. Su familia se estableció en Tehuacan, Puebla, donde conoció a Francisco I. Madero, en la visita que realizó a la ciudad durante su gira electoral; desde entonces militó en el Partido Nacional Antirreeleccionista. En 1910 participó en la lucha electoral maderista, y fue aprehendido y remitido a la cárcel de Huajuapan de León, Oaxaca, donde permaneció por espacio de un año; al quedar libre se distanció de Madero y se incorporó al movimiento zapatista. El 20 de noviembre de 1912, Emiliano Zapata le confirió el grado de Teniente Coronel de caballería del Ejército Libertador del Sur, y fue asignado a la División de Oriente, bajo las órdenes del General Eufemio Zapata.

Zapatismo

Después del cuartelazo de febrero de 1913 se trasladó con toda su tropa en el estado de Oaxaca, para operar en la zona mixteca –Huajuapan de León, Tlaxiaco y Xilocayapan-, y establecer contactos con las fuerzas que actuaban en los límites de Puebla y Guerrero. En febrero de 1914 suscribió la ratificación del Plan de Ayala, en San Pablo Oaxtepec, Distrito Federal. En octubre de 1914 fue nombrado Delegado del Ejército Libertador del Sur en la Convención de Aguascalientes, representando al General Eufemio Zapata. El 23 de diciembre de 1914, al ocupar las fuerzas Zapatistas la Ciudad de Puebla, fue propuesto como Gobernador por los miembros de la Convención de origen Poblano. En 1915, con el gobierno convencionista de Francisco Lagos Cházaro, fue designado ministro de gobernación y Oficial mayor de Guerra y Marina con carácter de Interino. En 1916 los zapatistas lo nombraron ministro de Hacienda; también fue comisionado para elaborar la legislación agraria. El Gral. Emiliano Zapata en su Cuartel General de Tlaltizapán, el 15 de enero de 1916, lo ascendió a Gral. de Brigada y en mayo de ese mismo año el Gral. Zapata le encomendó a Genaro Amezcua la visita del Estado de Guerrero y entrevistarse con el Gral. Jesús H. Salgado. Luego fue enviado por Emiliano Zapata a los Estados Unidos, para que hiciera propaganda y comprara armas y municiones; por imponderables durante el viaje se dirigió a Cuba, donde permaneció como representante del movimiento sureño hasta 1920; a través de la prensa cubana difundió los postulados del movimiento zapatista; publicó el libro México Revolucionario, a los pueblos de Europa y América 1910-1918.

Activista Político

A su regreso al país, en la segunda mitad de 1920, desempeñó el puesto de agente de la Secretaría de Fomento y Agricultura, en Cuernavaca; creó la sección del Partido Nacional Agrarista en Morelos. Posteriormente entró en conflicto con el gobierno del General Plutarco Elías Calles, por lo que tuvo que establecerse en Puebla. En 1923 ocupó la Jefatura de Asuntos Agrarios y Agrícolas del Comité Ejecutivo Nacional Revolucionario en Puebla. En 1935 organizó la Unión de Revolucionarios Agraristas del Sur. Asesoró las luchas feministas en los estados de Morelos y Puebla. Murió en 1949.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.



Daniel Andrade


Coronel Daniel Andrade fue un militar mexicano que participó en la Revolución mexicana. Nació en Jonacatepec, Morelos. En 1911 se incorporó al movimiento maderista bajo las órdenes de Emiliano Zapata. Al triunfo del maderismo se dirigió a Izúcar de Matamoros, Puebla, donde fue aprehendido por las fuerzas federales y trasladado a la Ciudad de México, de donde lo remitieron a la Cárcel municipal de Jonacatepec. Logró salir y se incorporó a las fuerzas del General Zapatista Francisco Mendoza Palma, y fue ascendido a Coronel. Al firmarse en Ayoxustla el Plan de Ayala, el 28 de noviembre de 1911, Andrade estuvo presente y firmó este histórico documento. En 1913 se incorporó a las fuerzas de Felipe Neri Jiménez, con quién marchó a la campaña por los estados de Puebla, Tlaxcala e Hidalgo. Regresaron por el Estado de México, pero al llegar a la Villa de Guadalupe sostuvieron un combate con las fuerzas federales, en la que perdió la vida, el 18 de agosto de 1913.

Bibliografía

  • López González, Valentín (1980). Los Compañeros de Zapata, Ediciones del Gobierno del Estado Libre y Soberano de Morelos edición.

¿Que es el Zapatismo?



Zapatismo es un término empleado por historiadores para referirse al movimiento armado identificado con las ideas de Emiliano Zapata, caudillo de la Revolución mexicana, plasmadas principalmente en el Plan de Ayala de 1911. Los integrantes del Ejército Libertador del Sur encabezado por Zapata eran conocidos como "zapatistas".

Una de las frases más simbólicas del zapatismo era que la tierra es de quien la trabaja, reflejo de una suerte de privatismo, acuñada originalmente por el propio Zapata mientras trataba de eliminar el caciquismo en México y restituir la posesión de la tierra a las clases campesinas del sur del país. La frase y lo que representa se convirtió en el símbolo del agrarismo mexicano. El zapatismo, agrarista y armado, tuvo concordancias en su proyecto con el magonismo, teórico y obrero.

Ejército Libertador del Sur


El Ejército Libertador del Sur (ELS) fue un ejército organizado y liderado por el General Emiliano Zapata en el Estado de Morelos, al sur de México. La causa principal de Zapata fue la reforma agraria y la autoridad del ELS para que este se convierta en uno de los primeros iniciadores de la Revolución mexicana.

El ELS estaba originalmente alineado con Francisco I. Madero en oposición al régimen del presidente Porfirio Díaz, que pronto fue derrocado en 1911, su más conocida hazaña durante ese lapso de la guerra fue la Batalla y sitio de Cuautla en el que conformado por 4.000 ó 5.000 hombres, los zapatistas vencieron al llamado 5º Regimiento de Oro, el mejor batallón del ejército porfirista. Luego de que el régimen de Madero probó no estar comprometido con la causa de la reforma agraria, el ELS se volvió contra él.


Lucharon continuamente contra los sucesivos líderes Victoriano Huerta y Venustiano Carranza. El máximo número de soldados que llegó a tener el ELS fue de 27.000 hombres, siendo el segundo ejército revolucionario más poderoso, en la década de 1914, pero el asesinato de Zapata en 1919 dio un duro golpe al ELS, y el mando del ejército pasó a manos de Genovevo de La O, que se mantuvo en pie de lucha hasta el asesinato de Carranza, después de este suceso se fue desintegrando lentamente.

Las figuras más representativas del ELS incluyen al mismo Emiliano Zapata, Otilio Montaño Sánchez, Genovevo de la O, Cirilo Serna, Nabor Mendoza y Eufemio Zapata entre otros.

El historiador Henry Bamford Parkes señalaba que el ejército zapatista del sur nunca fue un ejército en el sentido corriente. Ya que sus soldados "empleaban el tiempo en arar y segar sus recientemente conquistadas tierras, y sólo tomaban las armas para rechazar la invasión; fueron un pueblo insurgente".

Muerte de Zapata

La guerra por parte del gobierno tomó perfiles despiadados en el norte. El gonzalista Jesús Guajardo le hizo creer a Zapata que estaba descontento con Carranza y que estaría dispuesto a unirse a él. Zapata le pidió pruebas y Guajardo se las dio. Acordaron reunirse en la Hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de 1919, pero Zapata murió preso de una emboscada. No pocos condenaron el procedimiento. Además, esto dio lugar a que, una vez muerto, Zapata se convirtiera en el Apóstol de la Revolución y símbolo de los campesinos desposeídos. El movimiento continuó, aunque en franco declive, y los zapatistas acordaron nombrar a Gilbardo Magaña Cerda jefe del Ejército Libertador del Sur. Él sería el último: casi un año después, los antiguos compañeros de Zapata se integrarían al gobierno aguaprietista, y uno a uno serían asesinados por el mismo gobierno mientras trabajaban para la misma institución.

Los seguidores de Emiliano Zapata reciben desde entonces el nombre genérico de zapatistas, aunque es muy importante hacer la distinción entre los zapatistas de tiempos de la Revolución Mexicana y los actuales neozapatistas del sur de México.

Hace algún tiempo, se publicó un texto que cuestiona la versión oficial de la muerte de Zapata en la Hacienda de Chinameca.[3] Hasta la fecha no ha habido una respuesta pública, con argumentos, ni siquiera de historiadores profesionales, que refute este cuestionamiento a la versión oficial.

Zapata es el autor de la famosa frase «Es mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado». Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", ciertamente la popularizó (al lado de otras frases de Esquilo) en sus discursos durante la guerra civil española.

El Gobierno Convencionista

El mismo mes, Emiliano Zapata, desde su cuartel general de Cuernavaca, promulgó la entrega de tierras a los pueblos. Invitado por varios delegados de la Convención de Aguascalientes, en la que los tres grupos más importantes que participaron en la Revolución mexicana intentaron dirimir sus diferencias, Zapata no fue en persona al citado evento, pero envió a una comisión, integrada por Antonio Díaz Soto y Gama (quién protagonizo el Incidente de La Bandera), Leobardo Galván, Paulino Martínez, Manuel J. Santibáñez y Manuel Uriarte, quienes quedaron en calidad de observadores hasta que la Convención optó por desconocer a Venustiano Carranza. Así pues, Emiliano Zapata se unió con Francisco Villa y ambos reconocieron a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional de México, no así el encabezado por Venustiano Carranza, lo que provocó la continuación de la guerra civil. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur entraron en la Ciudad de México, alcanzando así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la moneda entre los campesinos surianos y los del norte. En su estancia en la capital, las tropas tuvieron una actitud más que pacífica: obtuvieron recursos mediante limosnas y evitaron los robos y asaltos de algunos bandidos que ensuciaban su nombre haciéndose llamar zapatistas. El 4 de diciembre de ese año Villa y Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una alianza militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su redentor y se obligó a dar armas a Zapata.

Concretados estos acuerdos, Emiliano Zapata partió rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de diciembre de 1914, aunque en los primeros días de enero la plaza le fue arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Éste habría de dedicar sus mayores esfuerzos para combatir al poderoso ejército villista, dando lugar a que durante 1915 Morelos fuera gobernado por los campesinos levantados en armas, asesorados por los intelectuales de la lucha suriana. En 1916, una vez que Venustiano Carranza se había instalado en la Ciudad de México y que Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del ejército de Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al mando de Pablo González Garza. Con apoyo incluso de la aviación del ejército, Cuernavaca fue ocupada por los constitucionalistas en mayo y, aunque regresó efímeramente a manos de los zapatistas, quedó definitivamente en su poder el 8 de diciembre de ese mismo año. Ante la carencia de armas y ya sin el apoyo villista, en muy poco tiempo casi todas las poblaciones del estado quedaron en poder de los constitucionalistas. En 1917, Zapata, lanzando una contraofensiva, reconquistó Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tecala y Cuernavaca.

En marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó instituciones para reiniciar la producción de alimentos del campo y continuó la guerrilla en zonas periféricas y de frontera. Sin embargo, en octubre del mismo año entró a Morelos el general Pablo González Garza, apoderándose del territorio. Para 1918, Emiliano Zapata era, al igual que Francisco Villa lo sería en 1920, un guerrillero con poco futuro, pues ante las constantes batallas y lo escaso de las municiones, la muerte de los cabecillas y la ley agraria de Carranza, que apaciguó la causa suriana, su movimiento, indudable manifestación del descontento campesino, no llegó a consolidarse como una verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918.

La Lucha en el Sur a la Muerte de Madero


Tras el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue uno de los jefes revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas en Morelos. Posteriormente, estas posturas lo opusieron al nuevo presidente (Venustiano Carranza). Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, Pascual Orozco (Padre) a pactar la paz con Emiliano Zapata. Esto le facilitaría tener un frente menos de guerra en el país. Éste, que contaba ahora con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero, de Puebla y de Tlaxcala, se negó a pactar con aquellos a quienes él llamó “asesinos de Madero”. Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general Félix Díaz, repudiando al gobierno de Huerta y, para el mes de mayo de ese mismo año, reformó su Plan de Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de la presidencia del país. A Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la Revolución. Zapata quedó entonces como único jefe del Ejército Libertador del Sur. Sin embargo, es preciso consignar que el hecho de reconocer el Plan de Ayala implicaba el no reconocimiento del Plan de Guadalupe, convirtiendo a Zapata, a Francisco Villa, a Álvaro Obregón y a Pablo González Garza, todos ellos en encarnizadas batallas en el norte del país, en luchadores de una causa aislada.

En los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo, y ese mismo año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco después conquistó Cuernavaca y para junio se acercó a la Ciudad de México, ocupando Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, amagando a esta ciudad. Sin embargo, las fuerzas constitucionalistas les cerraron el paso, al ocupar la Ciudad de México antes que las propias zapatistas, las cuales se encontraban más cerca. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera a conferenciar con Emiliano Zapata, pero nuevamente el caudillo suriano exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de "inadecuadas".

La Revolución Maderista y el Plan de Ayala



Hecho: Tras el fracaso de la pacificación vía el licenciamiento de las tropas a fines de agosto de 1911, Zapata y sus seguidores fueron declarados delincuentes del orden común. El gobierno envió a los generales: Figueroa y Juventino Robles a pacificar el estado de Morelos. Para los alzados de Zapata estos desmanes son la consecuencia del personalismo de Madero, de sus errores políticos y del desvanecimiento de las reformas agrarias.

Para el caricaturista, "Madero se anda por las ramas", sin resolver ningún conflicto, encima de él se levanta el zapatismo sumamente violento y acompañado de la muerte y la desolación.

Publicación: El Ahuizote, 31 de agosto de 1911

A finales de ese mismo año, Pablo Torres Burgos fue enviado a Estados Unidos por Emiliano Zapata para que se pudiera entrevistar con Francisco I. Madero. El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Emiliano Zapata y otros 72 campesinos y con Juan Moreno, Rafael Moreno, Maurilio Mejia y José Vergara. Esto lo hicieron el día 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis. Se dirigió hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. En este período del movimiento zapatista sobresalen las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec, Tlayecac y Tlaquiltenango, así como la muerte del zapatista y antiguo líder del movimiento suriano, Pablo Torres Burgos, que incluso precedió al mismo Emiliano. A la muerte del mismo, Emiliano Zapata es elegido, por la junta revolucionaria del sur en 1911, nuevo jefe revolucionario-maderista del sur. Las reivindicaciones zapatistas contenidas en el Plan de Ayala, que suponían una reforma agraria radical (La tierra es de quien la trabaja), fueron inaceptables para los sucesores de Porfirio Díaz. Lo mismo se puede decir de Francisco León de la Barra quien, haciendo uso de su facultad de presidente, encabezó diversos enfrentamientos políticos y armados con el jefe suriano, e incluso del mismo Francisco I. Madero.

Zapata se negó a desarmar a sus tropas, según lo acordado por los Tratados de Ciudad Juárez, sin que antes se realizara el reparto de las haciendas del Estado. Esto dio lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interno, lo considerara bandido y rebelde, mandando fuerzas a perseguirlo. Mil hombres bajo el mando de los generales Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet fueron enviados a combatirlo. Para agosto del citado año de 1911, Francisco I. Madero quedó de entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto suriano, con el fin de convencerlo de que licenciara sus tropas, al tiempo que Zapata era fuertemente criticado por la prensa conservadora del país. En la reunión no se logró ningún acuerdo, dicho por Madero, pues el mismo estaba convencido de que no podía acordar el previo reparto agrario. El gobierno federal reiteró su decisión de imponer el orden por la violencia, y Zapata se desplegó con sus tropas a los límites entre Guerrero y Puebla, escondiéndose del gobierno y generando emboscadas a pequeños contingentes federales. Cabe destacar que durante ese lapso Zapata se casó formalmente con Josefa Espejo (su única mujer legítima, ya que durante la Revolución tuvo infinidad de mujeres; su secretario particular comenta que tuvo alrededor de 22, quizá mas). El padrino de la boda fue el propio Francisco I. Madero.

El 25 de noviembre de 1911 Zapata lanzó el Plan de Ayala, redactado por Otilio E. Montaño, documento que se convertiría en su estandarte y en el fiel ejemplo de la ideología de los campesinos morelenses. En él se exigía la redención de los indígenas y la repartición de los latifundios otorgados durante el porfiriato. Se desconocía a Francisco I. Madero como presidente y se reconocía a Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución mexicana. Además, el documento postulaba que, en vista de que no se había cumplido con lo que se le había prometido al campesinado, la lucha armada era el único medio para obtener justicia.

Durante 1912, Emiliano Zapata combatió al Ejército Federal que, al mando de los generales Arnoldo Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles, buscaba la pacificación en los estados del sur. Los zapatistas buscaron defenderse y lo hicieron "brutalmente", según la versión del Ejército Federal: en las narraciones de los ataques zapatistas son comunes las referencias a asaltos, incendios, violaciones, etcétera. Lo cierto es que dichas narraciones eran alteradas para justificar los desastres cometidos por los miembros del Ejército Federal. En ese año sobresalen los ataques a Tepalcingo, Yautepec, Cuautla y Cuernavaca, aunque debe afirmarse que en ese entonces el movimiento zapatista era muy débil, tanto en el ámbito político como en la rama militar, sobre todo cuando la campaña del gobierno maderista contra los sublevados surianos quedó a cargo del general Felipe Ángeles. Por sus métodos civilizados y tolerantes, le restaban bases al zapatismo, pues Ángeles simpatizaba con ellos.

Emiliano Zapata



Emiliano Zapata Salazar nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos y falleció el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Conocido como el Caudillo del Sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, comandó un importante ejército durante la revolución, el Ejército Libertador del Sur. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, y formó parte de una familia campesina.

Inicios

Su Infancia se desarrolló a la par del latifundismo porfirista, en Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vera, quien había sido un viejo soldado juarista. Pronto trabajó como labrador y arriero. Su esposa era Piedad Reyes. En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla, para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos sus tierras del pueblo. Su rebeldía lo condenó a la leva (conscripción): en 1908, Zapata quedó incorporado al 9°. Regimiento de Caballería, en Cuernavaca. Emiliano Zapata fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz, y más tarde, en el mismo puesto, al mando de Ignacio de la Torre, yerno de Díaz, quién le tomaría especial afecto por su destreza con los caballos.

El motivo por el que se incorporó a Emiliano Zapata al ejército fue el hecho de que había raptado a una jovencita, ya que Zapata era conocido por ser un hombre muy enamoradizo.[2] La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Aguilar. En la fotografía en la que Zapata y Villa aparecen sentados en la silla presidencial, el niño más pequeño que se asoma es Nicolás. Después el 20 de agosto de 1911 contrajo matrimonio con la señorita Josefa Espejo Sánchez conocida como “La Generala” originaria de Anenecuilco, hija de don Fidencio Espejo y Guadalupe Sánchez Merino con quien procreó dos hijos mas. El primero tuvo por nombre Felipe; éste nació en el cerro El Jilguero y murió a la edad de cinco años en uno de los tantos refugios que como familia tuvieron luego de ser mordido por una víbora de cascabel. La segunda hija fue Josefa; ella nació el Tlaltizapán y un año antes que su hermano Felipe murió a consecuencia de una picadura de alacrán. Así Josefa quedó sin hijos en poco tiempo. Sin embargo, Zapata tuvo más hijos como es el caso de Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres.

En septiembre de 1909 Emiliano Zapata fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma, sobre todo la Ley Lerdo que obligo a las corporaciones civiles a vender o ser expropiadas las tierras improductivas, lo cual fue motivo en su tiempo del apoyo de varios líderes indígenas como Tomás Mejía a los gobiernos conservadores mexicanos y al Segundo Imperio Mexicano, estas leyes además fueron aprovechadas por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban, por esto se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Es en estas fechas donde acuña lo que sería el lema durante su campaña revolucionaria: “Tierra y Libertad”, frase con la que firmaba todos los documentos oficiales como dirigente agrario. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón.

En el mes de mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía José A. Vivanco y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno, pues fue declarado bandolero. Después de haber recuperado las tierras, las dejó en posesión de todos los campesinos de aquel lugar. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Villa de Ayala, con objeto de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala.